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El trauma: una elucidación psicoanalítica y un estudio histórico de las patologías de la modernización
Professeur de Psychologie

(Université de Buenos Aires - Consejo Nacional de investigaciones cientificas y técnicas-CONICET)

Sobre el libro de Luis Sanfelippo, Trauma, Psychoanalysis and History, Londres, Routledge, 2024.

Sobre el libro de Luis Sanfelippo, Trauma, Psychoanalysis and History, Londres, Routledge, 2024.

Trauma es un término ampliamente implantado en el vocabulario de nuestro tiempo. Nacido en la clínica, como una lesión mecánica o una herida en el cuerpo que provoca una reacción catastrófica en el organismo, pronto comenzó a designar un cortejo de síntomas que no eran una respuesta inmediata al acontecimiento sino al recuerdo, a las huellas de un suceso que permanecía olvidado y se actualizaba en sus efectos sobre el cuerpo y la conducta. De Charcot a Freud, la figura del trauma desplazaba su significado, del daño somático a la representación psíquica y de la fuerza del acontecimiento a las formas alteradas de su perduración en la memoria. Hacia el siglo XX los sentidos del “trauma” se ampliaron, a menudo sin las debidas precauciones, para abarcar formas perturbadas de la acción del pasado, generalmente de violencias y conmociones en experiencias colectivas.

El libro propone una genealogía que es la vez una semántica histórica de la figura del “trauma” y reconstruye una problemática que comprende dimensiones heterogéneas: conceptos y cuerpos disciplinares, debates, contextos sociales y culturales, demandas e intervenciones. Ofrece así, en lo que me interesa destacar, una vía de entrada a las significaciones que dan forma a una época, la nuestra, a través de su vocabulario. Un tiempo y una narrativa histórica (esto ha sido dicho y reiterado) que ya no evoca héroes y batallas victoriosas sino víctimas y masacres, una insistencia en la memoria, una era del testigo, ante todo como evocación de crímenes y catástrofes humanas.

En el cruce entre el estudio histórico y la elucidación psicoanalítica, Sanfelippo indaga las condiciones epistémicas, en disciplinas diversas, del surgimiento de un concepto abierto, que cambia y responde a condiciones de uso, en respuesta a problemas que acompañan los cambios en la sociedad, las instituciones y los saberes. Indaga el camino sinuoso del conocimiento y el tratamiento, desde una primera concepción mecánica, que perdura en el saber médico y popular. Y ofrece un cuidadoso y actualizado estudio del concepto en la teoría y la práctica del psicoanálisis. Pero se abre a otros problemas en la medida en que brinda una guía para una historia de la modernización y sus costos, los accidentes (un término que se repite) de una sociedad que deja atrás sus formas tradicionales. En el comienzo están los accidentes del ferrocarril pero también de la producción o la industria, un problema extendido que convoca a la medicina y a la vez rompe con los esquemas diagnósticos de la neuropatología de base anatómica y somática. Las primeras fórmulas que rompen con la medicina establecida vienen de la clínica, de las investigaciones de Jean-Martin Charcot que fundan una nueva neurología, alrededor de la histeria y la hipnosis. Se produce así un primer desplazamiento, de la lesión somática al trastorno nervioso, “funcional”, y de la conmoción inmediata a la eficacia causal del recuerdo. Esa historia encuentra así un campo de problemas en el que se enlazan neurología, psicología y el primer psicoanálisis.

A la vez, entreabre una puerta para pensar otros cruces, en la civilización del capital, un interés extramédico que no deja de impulsar los trabajos de la disciplina: los “accidentes” traumáticos (del trabajador, la histérica, el soldado...) traban el engranaje de la máquina social o el orden familiar. Y junto con la razón económica (las indemnizaciones y los seguros) surge la pregunta por una “verdad” del trastorno, siempre sospechado de simulación sobre todo para los usos productivos del cuerpo. Los cambios en las disciplinas médicas y el psicoanálisis se cruzan con otras historias: de la tecnología y los transportes, los dispositivos de la familia y la sexualidad, la institución militar y las formas de la guerra. La densidad histórica del “trauma” encuentra su importancia, por fuera de la razón médica, en las consecuencias económicas y jurídicas, las responsabilidades penales y civiles, las disputas por las pensiones por daño e invalidez, por las simulaciones y fraudes. El debate médico se extiende de Inglaterra a Alemania y Francia, se redefine en el círculo de Charcot y se reconstruye, otra vez a partir del impacto de otros acontecimientos que conmocionan la vida social, la Primera Guerra y la cuestión acuciante de las “neurosis de guerra”. La maquinaria bélica construye un problema que las disciplinas médicas y el psicoanálisis deben conjurar como pueden. Así, la histérica y el soldado afectado por la neurosis de combate (también el obrero accidentado) quedan enlazados en una serie que es a la vez clínica, social y política.

Un mérito de esta investigación es que persigue los momentos, los giros y desplazamientos de la construcción de un concepto que habitualmente se piensa, y se ordena, desde el final, desde la consolidación del corpus psicoanalítico. Un primer eje de los debates que buscan ceñir las condiciones y el curso del trastorno reside en el pasaje, que no es nítido ni lineal, de la lesión somática al daño psíquico, lo que se ha denominado una “psicologización” (un término impreciso) del trauma, que va a encontrar su fórmula más consistente, no necesaria ni preanunciada, en la investigación freudiana. Un momento bisagra en esta historia estuvo a cargo de los discípulos de Charcot (Janet y Freud) que desplazaban el trastorno del cuerpo y las reacciones psíquicas a las patologías de la memoria. Allí se erige la importancia en esta historia de ese sujeto–objeto que fascina a la medicina y la literatura, las histéricas y, en la senda freudiana, la sexualidad. Un recorrido más ceñido sobre los textos le permite indagar en la investigación freudiana, el vaivén entre la clínica y la teoría y los cambios en la conceptualización. La investigación se enfoca y se aplica a una elucidación minuciosa de la historia conceptual del trauma en la obra de Freud: no hay un concepto o un modelo sino un recorrido que ajusta y modifica su objeto de acuerdo a la experiencia clínica y a las discusiones, no siempre explícitas, con otros. Hay más de una teoría freudiana del trauma en un cruce de problemas, sobre el síntoma, la memoria y la acción del pasado que se plasma en una tópica del recuerdo y el olvido, alrededor de un concepto clave del psicoanálisis, la represión. En el trauma el acontecimiento perdura en sus huellas y en los efectos, no siempre inmediatos de una violencia o una irrupción sufrida en condiciones que hacen imposible una reacción. Como lo reprimido, es una formación de la memoria, un recuerdo intensificado, y a la vez un olvido que perdura como vacío y rechazo. Pero además se ofrece como materia para el trabajo de un concepto nuevo de la temporalidad y la historia, la acción diferida (Nachträglichkeit) que va a hacer su camino más allá de la ciencia del psicoanálisis.

Ese tiempo, desde fines del siglo XIX a las primeras décadas del XX, de cambios acelerados en las formas políticas y sociales, las comunicaciones y las relaciones entre los pueblos, se corresponde con una primera configuración de ideas alrededor de un tema que recorre la ciencia, la filosofía y la literatura: la memoria. Henri Bergson en la filosofía, Sigmund Freud en el psicoanálisis, Maurice Halbwachs en la sociología (podría agregarse a Marcel Proust en la nueva literatura) dan cuenta de ese giro que excede una coyuntura, porque si hay algo que no cesa de emerger en la cultura y el pensamiento del siglo XX es el relieve de la memoria, de los excesos y los vacíos, las fijaciones y las amnesias que se dibujan sobre el fondo real de catástrofes y masacres, de grandes desplazamientos migratorios, de exilios de la patria y de la lengua, de cambios geopolíticos que borran, o renombran, territorios y naciones.

Por supuesto, sería excesivo pretender que el libro comentado despliegue ese potencial de problemas, pero quedan como un contorno de un uso extendido del trauma en los últimos cincuenta años, en la estela de las guerras mundiales, el Holocausto, los genocidios y las masacres, como una figura muy presente en la recuperación de experiencias que golpean la conciencia moral de Occidente. En verdad, ese desplazamiento estaba ya anunciado en las postrimerías de la Primera Guerra en el pensamiento de Walter Benjamin. Justamente en el tiempo en el que emergen los cuadros clínicos de un “choque” (shellshock se llama en inglés a la neurosis de guerra), a contramano de las ilusiones del progreso y la razón en la historia, Benjamin encontraba en esa otra categoría de víctimas, que volvían mudas de las trincheras, la manifestación de una mutación simbólica en la relación vivida con el pasado: un agujero en la experiencia que escapaba a la rememoración y apenas podía ser enunciado.

En la investigación de Sanfelippo, nuevamente, es Freud el que indica un camino que pocos han transitado. En su “novela histórica” sobre el Moisés (1939), en el amanecer de la otra conflagración mundial, inaugura un pensamiento sobre el trauma que recae sobre una comunidad y perdura en el inconsciente en un tiempo mucho más extendido. En esa ficción sobre el judaísmo emerge otra idea de la eficacia del pasado y las funciones de la memoria colectiva, distanciada no sólo de la reacción a un acontecimiento sino también de la condición de un olvido patológico. En sus tesis sobre el origen del monoteísmo (en línea con sus tesis sobre el origen de la cultura), se dibuja otro pensamiento, se acuña una primera indicación del trauma histórico que pocos han continuado. Aquí el trauma opera en una dimensión productiva, fundante incluso, de una comunidad, algo a la vez persistente y escondido. Un Freud judío, a contramano del uso habitual de las violencias sufridas que sirven para acusar y condenar a los otros, a los diferentes, bucea en las violencias ejercidas en el interior de su pueblo. Y propone que en el corazón de una cultura está ese Otro a la vez necesario y repudiado.

En síntesis, este libro contribuye a deconstruir una noción reiterada y naturalizada, disponible para diversos usos. Alumbra la modernización de los saberes y las prácticas de la medicina y la psicología, pero se extiende también a las incipientes ciencias sociales y la renovación del pensamiento filosófico. Pero a la vez esa trama de ideas y disciplinas se cruza con otras dimensiones de una nueva experiencia del presente, en tiempos de un cambio que abarca la cultura intelectual, la tecnología, los cambios en la familia y las relaciones de géneros, sus representaciones y ficciones en la literatura y las artes. En ese marco, el trauma emerge como un síntoma que, más allá del cuerpo (del accidentado, del soldado, del obrero, de la histérica...), revela algo de los males de una sociedad y apunta, si se quiere, a las patologías de la modernización.

 

Octubre 2024

Pour citer cette publication

Vezzetti, Hugo (dir.), « El trauma: una elucidación psicoanalítica y un estudio histórico de las patologías de la modernización », Politika, mis en ligne le 12/12/2024, consulté le 17/12/2024 ;

URL : https://politika.io/fr/article/el-trauma-una-elucidacion-psicoanalitica-y-estudio-historico-las-patologias-modernizacion